jueves, 16 de diciembre de 2010

La agenda de las lagunas profundas...

No estaba... La buscó mil veces y la respuesta era la misma: No estaba... Preguntó a varias personas, pero todos los que la habían visto no recordaban cuándo... Entonces esa agenda virtual, la que tienen esas redes sociales, se transformó en algo tan absurdo, tan vacío. Definitivamente ese hueco que se hallaba alfabéticamente entre nombres, era el hueco más pesado que existía... Y toda la semana se transformó en los engranajes de una reproductora de películas, que, vacía de alma, proyectaba esa tenue y pixelada última frase que le dijo por mensaje...
Todo apuntaba a que ella, tristemente, no estaba... y él, tontamente, la esperaba...

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